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Evolución del Sistema Capitalista

La teoría Social y el sistema mundo moderno. I. Wallerstein

 
RESUMEN
El presente trabajo tiene como objetivo principal un acercamiento teórico, conceptual, metodológico y epistemológico  a la teoría social que presenta I. Wallerstein.. El gran aporte intelectual científico del autor podemos encontrarlo en el análisis del sistema mundo moderno, sistema que vio la luz en el siglo XVI y que estuvo conformado desde sus inicios por una economía mundo capitalista, la cual fue configurando un sistema interestatal que estuvo conformado por los diferentes estados naciones y por diversos actores e instituciones dentro de dichos estados. Este sistema tuvo una hegemonía geocultural que se inició con la Revolución Francesa, como acontecimiento mundial y  fue un punto de inflexión del sistema mundo capitalista. La crisis  del sistema es una realidad y su fin es eminente. Es necesario impensar los paradigmas epistemológicos decimonónicos para su comprensión holística.

Palabras Clave: Teoría social, sistema mundo, capitalismo, geocultura, estado – nación, crisis, y epistemología.

 Niveles de análisis e influencias teóricas

Wallerstein aborda la realidad social desde una perspectiva holística. En el nivel metodológico plantea la unidad de análisis para la mejor comprensión de los fenómenos sociales, por ejemplo la globalización y el terrorismo en el siglo XX (Wallerestein, 2005:9). Considera que un sesgo esencial de la investigación científico social es la forma como hemos abordado la realidad social en función de la  unidad de análisis del estado – nación, lo cual es limitante en todos sus aspectos. El autor considera como unidad de análisis más eficaz para la comprensión de la realidad social, al sistema mundo moderno, ya que conforma una red interestatal que tiene su origen en el siglo XVI y un fin que es eminente, que se proyecta a mediados del siglo XXI, tras un estado de bifurcación y transición que vivimos actualmente.
En el nivel histórico podemos notar la gran influencia de Fernand Braudel (representante de la escuela de los Annales en Francia, en la segunda generación). Podemos apreciar el énfasis que pone en el tiempo estructural de larga duración, en contraposición con el tiempo acontecimental; y también el concepto de economía mundo como base de su análisis socio –histórico.
El gran hilo conductor que atraviesa su obra es la preocupación por el nivel económico y la relación dialéctica que existe entre el S.M.M y la economía mundo capitalista como una simbiosis necesaria para el desarrollo de dicho sistema. Esta es una clara influencia de Karl Marx, es un retorno a sus ideas y postulados donde avizora el fin del sistema capitalista como consecuencia de sus propias crisis y  de su propia dinámica. También se aprecia la adopción de una visión dialéctica de la realidad social, considerando la relación de todos los aspectos de la vida social. Estas dos matrices fueron fundamentales en el pensamiento de Wallerstein (Aguirre, 2007:18)
En el nivel epistemológico plantea la necesidad de impensar los paradigmas epistemológicos que están constreñidos en nuestras estructuras de saber desde el siglo XIX como consecuencia de la creación de una geocultura hegemónica liberal y la construcción de su aparato ideológico. Las esferas o disciplinas en las que se divide las ciencias sociales son una barrera intelectual, ya que son compartimientos estancos del conocimiento de la realidad social. El autor propone la unificación de estas disciplinas y la conformación de una sola disciplina: las ciencias sociales históricas, que representa el triunfo epistemológico sobre estas estructuras de saber tan arraigadas en nuestro intelecto (Wallerstein, 1998:6).




Origen del sistema mundo moderno desde el s. XVI hasta la creación de una geocultura s. XIX

El Sistema MundoModeno (S.M.M) tuvo sus orígenes en el siglo XVI, antes de esa época solo habían existido imperios mundo que se basaban en una estructura burocrática - militar determinada  y una economía comercial. Este sistema mundo vio la luz como una Economía Mundo Capitalista ( E.M.C) y se dio en un contexto donde se produjo un cambio de dominación, de la política – militar que caracterizaba a los imperios mundos burocráticos, a la dominación económica exclusiva. Este cambio de dominación significó una forma más eficaz de organizar el poder y la dominación.

La localización geográfica del S.M.M. estuvo situada en un inicio en partes de Europa y América y luego se extendió por todo el planeta. Este sistema estuvo conformado por un sistema interestatal (estados soberanos interrelacionados), que tuvo su antecedente en la diplomacia italiana renacentista, también esta conformado por compañías empresariales, grupos sociales, unidades domésticas, mercados, etc. Una característica esencial del S.M.M. es que no existe homogenización política ni económica, sino que cada estado nación tiene una determinada estructura político – económica, que forman  parte del sistema interestatal. Tampoco existe homogenización cultural, ya que cada estado nación tiene determinadas características culturales, lingüísticas, étnicas, religiosas, artísticas, etc., sin embargo ello no quiere decir que el S.M.M no haya realizado un patrón cultural común, o sea una geocultura.[1]

Para  comprender el origen y el desarrollo del S.M.M hasta el siglo XVIII (en donde nace una geocultura) es necesario abordar dos conceptos fundamentales que se encuentran relacionados dialécticamente, uno depende del otro y el otro no tendría lugar si no existiera el anterior. Estos conceptos son economía mundo y capitalismo.
El concepto de economía mundo es influencia de Braudel, él define a una economía mundo como una gran zona geográfica donde existe una división del trabajo, un intercambio de bienes básicos o esenciales, así como un flujo de capital y trabajo (Wallerstein, 2005: 40). Como ya señalamos esta economía mundo es un medio de dominación más eficaz que la política. Existe una jerarquización de este sistema económico, esta conformado por el centro: son  aquellos estados que concentran los medios de producción y se caracterizan por el gran desarrollo científico y tecnológico; la periferia: aquellos estados que proveen de materia prima a los centrales y los menos favorecidos por la distribución del capital mundial, carecen de tecnología y son primario exportadores en su mayoría; la semiperiferia: son los que se encuentra entre ambos polos, tratando de superar a la periferia con el objetivo de alcanzar el centro, a los países que conforman la semiperferia también se le denominan emergentes.

Sin embargo estos tres conceptos no son conceptos rígidos que están superpuestos a los estados naciones que forman parte de estas categorías, si no que hacen referencia a procesos relacionales de producción. No existen países centrales en si, lo que existe son procesos productivos centrales, que a la vez tienen como actores a los estados y a las empresas.
Ahora pasamos a analizar el concepto de capitalismo. Este concepto se relaciona con dos características fundamentales inherentes al mismo. El primero es la acumulación incesante de capital y el otro la división del trabajo a escala mundial, ambos conceptos tienen como soporte el concepto de propiedad privada que es característico del sistema capitalista. El capitalismo no es la mera existencia de personas o compañías produciendo para la venta en el mercado con la intención de obtener una ganancia. Tampoco es definición suficiente la existencia de personas asalariadas (Wallerstein, 2005: 40). El sistema capitalista tiene lugar cuando se da prioridad a la incesante acumulación de capital, esto quiere decir que las personas y empresas buscan acumular capital a fin de acumular más capital, esto quiere decir que en el sistema existen los mecanismos estructurales necesarios para lograr esta dinámica. Lo que mantiene esta eficacia es la división del trabajo, puesto que ella  garantiza la creación y distribución de la riqueza acumulada. Esta eficacia es función de la riqueza en constante expansión que el sistema capitalista provee a través de la explotación y colonización (Wallerstein, 2005: 41).
 Es necesario también analizar más profundamente otro concepto fundamental que se relaciona con la incesante acumulación de capital y la división del trabajo, el mercado. El mercado es  el mecanismo espacio temporal donde se desarrolla la dinámica de la E.M.C. El mercado es una de las instituciones básicas de la E.M.C. Es a la vez una estructura local concreta y una institución virtual a lo largo del espacio donde se intercambian diversos productos. El mercado virtual hace referencia a la totalidad de la economía mundo (procesos e interrelaciones), sin embargo esta totalidad virtual no es reflejo de la realidad económica, debido a que en la realidad existen fronteras de producción y de relación económica. Un ejemplo son las medidas proteccionistas como las patentes que protegen a una determinada industria por un lapso más o menos estable de tiempo.
El  mercado virtual es en parte real debido que influye en los procesos de decisión, pero nunca funciona entera y libremente (esto es, sin interferencias). El mercado libre funciona como un mito o una ideología pero no como una realidad cotidiana, es por ello que los defensores del libre mercado solo lo son en teoría, porque en la práctica ellos están en contra de un mercado totalmente libre, porque si fuere así, los consumidores tendrían acceso a toda la información sobre los costos de producción y esto reduciría sus ganancias.


Lo que prefieren los productores son los monopolios, porque estos maximizan el margen de ganancia de los capitalistas. Sin embargo los monopolios perfectos son difíciles de crear y casi nunca existen en la práctica, de modo que lo mas adecuado para un vendedor capitalista son los cuasimonopolios. Estos son apoyados por la maquinaria de un estado fuerte. Estos a su vez generan una dinámica que conllevan al descenso de grandes productores monopólicos y a la emergencia de nuevos productores, pero estos que descienden reconfiguran y orientan su producción a otro sector productivo más rentable, por ejemplo las industrias de punta. Este proceso es característico de la E.M.C. y explica el porqué de las altas tasas de ganancias y de  acumulación capitalista.[2]

La creación de la geocultura y el nacimiento de las ciencias sociales. De 1879 a 1945

Hasta aquí hemos analizado el aparato teórico conceptual de los componentes y relaciones dinámicas del S.M.M con la E.M.C. Ahora analizaremos el papel que desempeño la Revolución Francesa como acontecimiento mundial del S.M.M que configuró una geocultura y dio origen a una ideología dominante, tras un debate ideológico y político. También abordaremos como surgen las ciencias sociales como consecuencia de este proceso mundial.

Como mencionamos en nuestro resumen  la Revolución Francesa (R.F) marco un punto de inflexión en el S.M.M, debido a que tuvo una gran repercusión cultural. Este acontecimiento tuvo dos aportes fundamentales que es  necesario mencionar. El primero es la normalización del cambio político y social; y el otro que la soberanía radica en el pueblo. El primer concepto generó una revolución, debido a que se modificó la concepción del  cambio como algo normal e incluso necesario en el mundo social; el segundo concepto afecto directamente a  las estructuras jerárquicas de dominación que existían desde siglos anteriores. Por ejemplo la soberanía ya no radicaba en un monarca omnipotente o en un conjunto de nobles que tenían el poder, sino en el pueblo. A raíz de esto es que nace el concepto de ciudadanía, que era el mecanismo de participación e identificación en un determinado estado nación. Sin embargo el concepto de ciudadanía se torna exclusivo porque no quedó claro qué se entiende por ciudadanía y quienes lo conformaban, o sea quienes pertenecían al pueblo y quienes no.
A consecuencia de este acontecimiento surgen tres arenas donde se debatió los conceptos formados a partir de la R.F. Las ideologías, los movimientos antisistémicos y las ciencias sociales. El cambio presupone que alguien debe dirigirlo, y esta dirección debe estar encabezada por los ciudadanos. Sin embargo entre ellos existen diferentes formas de ver la realidad social y política, pero también existen intereses que regularmente son contrapuestos, para lograr estos intereses es necesario actuar con una estrategia determinada, es así como surgen las ideologías.
 
La primera ideología en surgir es la de los conservadores, estos consideraban el cambio político y social que surgió a consecuencia de la R.F como un desastre social. Consideraban a cualquier intento de intervención humana en el proceso de cambio como una soberbia y se preocupaban en restaurar el orden social que había existido antes de la R.F, orden que estaba apoyado en las instituciones jerárquicas tradicionales (iglesia, nobleza, familia patriarcal y jerárquica, etc.).
No eran revolucionarios, si no reaccionarios y dudaban de la idea que todo hombre del pueblo podía ser ciudadano y participar en el gobierno, porque creían que no tenían la educación necesaria para tomar decisiones coherentes y racionales. Ellos no pensaban que no existía el  cambio social y político, si no que, si existiese  debería ser un  proceso lento y no debería intervenir el hombre en este proceso. Esta ideología logro alcanzar el poder luego de la R.F con la Santa alianza. Es el momento donde emerge una contraideología, el liberalismo.

Los liberales trataron de distanciarse de la época del terror de Robespierre, y creían no solo que todo cambio era normal, sino inevitable, porque el mundo progresaba hacia una sociedad mas justa. Ellos aceptaban que los cambios apresurados eran, a veces, contraproducentes, pero esto era necesario debido a que las jerarquías tradicionales eran insostenibles e ilegitimas. Con respecto al liderazgo que debía direccionar tales reformas sociales, los liberales proponían a un grupo de hombres que era el único capacitado para tal función: los especialistas. Estos eran los que habían recibido educación, pero no cualquier tipo de educación, sino una relacionada con el saber práctico, la ciencia. La ciencia ofrecía el camino para el progreso material y tecnológico, y por la tanto para el progreso moral (Wallesrtein, 2005: 89). Los intelectuales que se dedicaron a esta actividad se denominaron científicos.
Durante la primera mitad del silgo XIX el debate ideológico estuvo protagonizado por liberales y conservadores. Sin embargo a consecuencia de la revolución mundial de 1848 surge una tercera ideología, los radicales. Entonces el escenario se modifico y quedaron tres ideologías, los conservadores de derecha, los liberales de centro y los radicales de izquierda. Es a raíz de esta revolución y hasta la primera guerra mundial cuando los liberales se dan cuenta de que no era suficiente el trabajo de los especialistas, si no que comienzaron a crear políticas estatales concretas para los países liberales del S.M.M y de esta forma ganan terreno político a través de un programa liberal basado en el concepto de ciudadanía, apertura de la vida pública, la expansión del voto universal, el acceso a  la educación y la función del estado como protector social. De modo que se van consolidando como ideología dominante. Es así como se logra el triunfo del liberalismo y se define una geocultura del  S.M.M en el siglo XIX y gran parte del XX.

 Esta hegemonía cultural también fue gracias a los movimientos antisistémicos, que pasaremos a analizar. Paradójicamente estos movimientos, que están en contra del sistema, fueron su sostén durante mucho tiempo.
Estos movimientos buscaban la inclusión social y los cambios sociales (proletariado, partidos socialistas). Pero una característica intrínseca fue la incapacidad para encontrar un terreno común de acción. Estos grupos fueron ganando terreno a lo largo de siglo XX e incluso en varios casos llegaron al poder, sin embargo al llegar al poder existió una incompatibilidad entre sus postulados y la práctica política que desempeñaron en el poder. El tope se vio reflejado en la revolución cultural de 1968 que analizaremos mas adelante.
Para culminar este punto debemos abordar el aparato teórico que era necesario para la eficacia de la geocultura liberal hegemónica. Este fue el papel de las ciencias sociales. Ciencia porque en el siglo XIX esta actividad o forma de conocimiento era asociada al progreso humano de las sociedades, conocimiento común aceptado por el S.M.M., lo que representó el triunfo de la ciencia sobre la filosofía. Y social porque este concepto había sido herencia de la R.F y era necesario obtener un conocimiento sobre este fenómeno tan complejo. Lo social se convirtió en interés público y preocupación de los políticos. Si el cambio era normal debía conocerse cuales eran las reglas que la constituían. Los que controlaban el conocimiento sobre esta área del saber podían controlar el futuro y controlar el poder. En el ámbito académico se disputaba la supremacía intelectual en los sistemas universitarios. De esta forma es como se produce la división del trabajo en las ciencias sociales.

El mundo a fines del siglo XIX e inicios del XX estuvo protagonizado por occidente, con tres líneas divisorias claras. El estudio del mundo occidental civilizado y el mundo no moderno, esto lo estudio la antropología y los orientalistas. Dentro de lo civilizado encontramos el estudio del pasado y del presente, del estudio del pasado se encargó la historia. De modo que solo quedaba el estudio del presente  occidental que la ideología liberal había designado como las tres áreas diferenciadas de la vida social civilizada y moderna: el mercado, el estado y la sociedad civil (Wallerstein, 2005: 104). Esta división fue la evidencia del predominio de occidente en el S.M.M, sin embargo luego de 1945 se fue socavando esta división y la revolución mundial de 1968 contribuyó a su deterioro. Nació así  la necesidad de impensar estas premisas que ya no reflejaban una realidad vinculada con la coyuntura del S.M.M en su etapa de transición.[3]

 
Crisis del sistema mundo moderno. Etapa de bifurcación y opciones. 1968 hasta hoy

Los sistemas históricos tienen vida finita. Nacen, crecen, se desarrollan en un determinado tiempo y espacio, presentan dinámicas cíclicas, se agravan sus contradicciones intrínsecas y esto causa una crisis sistémica causando así su colapso y la emergencia de un nuevo sistema o sistemas. Abordaremos algunos conceptos sobe la crisis del S.M.M.

La crisis sistemática es el conjunto de contradicciones  o problemas que el sistema no puede resolver. Estas contradicciones solo pueden y deben resolverse fuera del sistema histórico al que pertenecen. La bifurcación es el punto de inflexión donde se abren alternativas posibles, es el contexto donde  se ha de tomar la decisión de que sistema histórico seguir. La transición es el  período de incertidumbre donde cada acción puede generar consecuencias muy grandes. Pequeños inputs son capaces de generar grandes perturbaciones.
Esta crisis inminente de la E.M.C puede durar de 25 a 50 años más, pero de todas maneras colapsará. Actualmente nos encontramos en un período de transición y los años posteriores  serán escenario de grandes perturbaciones sociales y cambios a nivel de todo el sistema. Los antecedentes de esta crisis del S.M.M se remontan a una realidad económica que se ha ido acentuando con el transcurrir de los años, nos referimos al  aumento progresivo de los costos de producción a escala mundial (salario, insumos, impuestos).
El origen de esta crisis podemos encontrarlo en la  revolución de 1968. Fin de un largo período de supremacía liberal que desarticuló la geocultura liberal dominante del S.S.M. Algunos acontecimientos fundamentales se presentan en 1945, por ejemplo la expansión de las estructuras productivas, los movimientos antisistémicos alcanzaron importantes avances, alcanzar el poder por ejemplo. Existieron gobiernos comunistas, socialdemócratas y de liberación nacional en varias zonas del planeta. En América Latina los gobiernos nacionalistas populistas tomaron el poder. A pesar de todo el crecimiento y expansión económica, la brecha entre centro y periferia era más notable. La revolución de 1968  se caracterizó por dos aspectos fundamentales. El primero fue el rechazo al poder hegemónico de estados unidos y el segundo fue que los movimientos antisistémicos no cumplieron su promesa al llegar al poder. Estas dos demandas generaron un terremoto cultural ya que se combinó con la pérdida de ganancias que estaba atravesando el S.M.M.
En esta etapa de transición la derecha y la izquierda intentaron sacar ventaja del caos reinante. Por parte de la izquierda emergió el movimiento antirracismo y la sexualidad pasó al debate intelectual a través del género.

Por otra parte la coalición derecha  - centro llevó  a cabo diversas estrategias para reactivar la economía y reducir los costos de producción. Un ejemplo es la sustitución del concepto de desarrollo por el de globalización. Aparece el  neoliberalismo como teoría y el  Conceso de Washington como política.
El escenario mundial actual refleja una pugna entre dos organismos o movimientos de ambos bandos. Por un lado tenemos al Foro Económico Mundial de Davos, que es el movimiento impulsado por la coalición centro – derecha para reconstruir la economía y disminuir los costos de producción a nivel mundial.
Por el otro lado tenemos al Foro Social Mundial de Porto Alegre, que es un agrupamiento de movimientos progresistas y sociales que comparten una pluralidad de ideas y perspectivas con respecto al nuevo sistema o al nuevo mundo, que es  deber nuestro construir.
Abarca grupos feministas, antirracistas, algunos grupos con influencia de izquierda, grupos ecologistas, étnicos, etc.
Para culminar Wallerestein nos planeta como un imperativo intelectual, político y moral protagonizar los espacios de debate político y académico acerca del futuro que nos espera como humanidad, a cerca de qué sistema nuevo debemos forjar.
Una de las características que debe tener el sistema emergente debe ser la democracia, la inclusión y la disminución de las brechas sociales económicas. El autor no es escéptico a la construcción de un sistema mundo futuro similar o con ciertos rasgos de socialismo.[4]

Ejes temáticos  en la obra de Wallerstein según Carlos Aguirre Rojas. Docente de la UNAM.
Este resumen ha sido una síntesis sucinta de la teoría social y de la visión analítica y critica del S.M.M. Ahora mencionaremos los cuatro ejes temáticos que atraviesan transversalmente la obra del Análisis de los sistemas – mundo de Wallerstein. Según (Aguirre, 2007) estos cuatro ejes son los siguientes: Eje histórico crítico, en este eje el autor analiza de forma global el sistema capitalista y la modernidad, desde sus inicios hasta su crisis eminente. Propone la unidad e análisis como objeto de estudio y analiza su dinámica inherente. Eje de análisis critico del siglo XX, en este eje analiza los diversos procesos del largo siglo XX. El considera que los inicios del siglo se remontan a 1870 y su culminación es cuestión de algunos años más. Aborda acontecimientos como la hegemonía de los EE.UU después de la segunda guerra mundial y critíca al modelo socialista, que busca ser oposición en lo que respecta a un modelo económico político.

Eje  analítico de la historia y perspectivas, este punto se encarga de analizar los acontecimientos actuales del mundo en que vivimos, desde la revolución de 1968 hasta la actualidad.
También se encarga de avizorar las perspectivas posibles que tenemos para el futuro inmediato para la construcción de alternativas posibles al sistema que se encuentra en colapso. Eje de la reflexión epistemológica crítica, este punto hace referencia a los modos habituales de aprender las realidades sociales en la que vivimos. Critica a las ciencias sociales y a las estructuras de saber dominantes. Defiende la unidisciplinariedad de las ciencias sociales a través de la creación de las ciencias sociales históricas, cuyo objeto de estudio es el S.M.M.


BIBLIOGRAFÍA

  • Aguirre Rojas, Carlos (2007). “Immanuel Wallerestein y la perspectiva crítica del Analisis de los sistemas – mundo”. Textos de Economía, v.10,n.2. Mexico D.F. pp 11-57.
  • Ritzer, George  (2001). Teoría sociológica moderna. Quinta edición. Madrid: Mcgraw-hill.
  • Wallerstein, Immanuel (1996). Abrir las Ciencias Sociales. Informe de la comisión Gulbenkian para la reestructuración de las ciencias sociales. México, D.F: Alianza Editorial.
  • Wallerstein, Immanuel (1988). Impensar las ciencias sociales. México, D.F: Alianza Editorial.
  • Wallerstein, Immanuel (2001). Conocer el mundo saber el mundo. El fin de lo aprendido. México, D.F: Alianza Editorial.
  • Wallerstein, Immanuel (2005). Análisis de sistemas – mundo. Una introducción. México, D.F: Alianza Editorial.


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